La educación se basa
fundamentalmente en producir de una manera artística, dando como resultado una
vida cultural que en la escuela se puede concebir como concursos, conciertos,
exposiciones y nuevos proyectos con la intención de recuperar los oficios
prácticos, la creación de pequeñas empresas y cooperativas que pongan en marcha
una red de economía real y humana, etc.
Una de las claves de este método
es la participación de la familia en el día a día de la escuela, la formación
constantemente del profesorado y la atención al momento madurativo de cada niño
para darle su tiempo en sus procesos de desarrollo, entre otras.
Entre las asignaturas del
currículo oficial encontramos asignaturas artísticas como la música, la danza, el teatro, la pintura..., que se
complementan con trabajos artesanales en
proyectos con diferentes materiales como lana, hilo, barro, madera, cobre, piedra... Con ello, pretenden
promover el desarrollo de capacidades en su pensar, en su sentimiento del mundo
y en su voluntad e iniciativa vital cuando sea adulto, indica Antonio Malagón.
Además de estas, también imparten idiomas, inglés y alemán, desde primero
de Primaria.
Un punto mencionado anteriormente
es que la participación de las familias en la escuela es un hecho. Esto se hace
porque se procura en todo momento que se produzca un desarrollo completo del
potencial del niño, siendo el objetivo principal el despliegue de su propia
individualidad con ayuda de sus talentos y apoyándolos en sus dificultades.
Aquí os dejo un vídeo por si necesitáis ampliar la información, ¡es muy interesante!
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